«Se trata de perder el miedo a la problemática en la evolución del Derecho y la dinámica de trabajo en los despachos«, empezó diciendo el socio de Dictum Abogados Juan Carlos Rodríguez Maseda para abrir el último el Seminario Dictum de la temporada, celebrado el pasado 26 de junio.
Como abogado especializado en economía digital y estudioso y gran apasionado de la tecnología blockchain y el mundo «cripto», el director de Dictum Galicia y Dictum Hong Kong eligió un tema que la firma está viviendo muy de cerca -prueba de ello es la constitución en 2017 por parte de algunos socios de la Fundación para la Innovación Financiera y la Economía Digital (FIFED) y la posterior puesta en marcha de la spin off del bufete Dictum Futurae– que, en concreto, se titulaba «Tecnología y Derecho: apuntes conceptuales para un mundo digital».
Rodríguez Maseda, a quien el CEO y socio de Dictum, Vicente J. García Gil, presentó como un «caso paradigmático de esa aplicación de las nuevas tecnologías a la profesión y un abogado de raza perfectamente adaptado a esta nueva realidad», apuntó a la Ley 34/2002, de servicios de la sociedad de la información y de comercio electrónico, como el origen de la «electronificación» del Derecho mercantil en España, «el momento en el que el legislador empezó a interesarse por ello, si bien llegaba tarde», apostilló.
«Más tarde, el artículo 1.262 del Código Civil entraba de lleno en el caballo de batalla de la contratación electrónica, el consentimiento«, explicó el también socio fundador de Dictum Futurae, un terreno en el que ideas como la inmediatez y la trazabilidad son claves y que ya marcaba el camino que permite prescindir de las figuras del notario y el registro.
La posterior Ley 59/2003, de firma electrónica, por su parte, de la que se desgrana el problema de la identidad digital, «supone el germen de ese cambio de medio en el que nos movemos», continuó el abogado, también miembro del Comité Legal de Alastria, quien, irremediablemente, condujo su discurso hacia Satoshi Nakamoto y el bitcoin, el momento, en su opinión, en el que nace la historia de la humanidad.
«El verdadero salto cualitativo se produce con la posibilidad de transferir información y valor sin necesidad de intermediarios, sin que deba existir un tercero de confianza que verifique esa información, que en el mundo digital es la red, el individuo, todos nosotros, con lo que cambia el modelo que ha marcado las relaciones comerciales a lo largo de la historia y, con ello, las instituciones que lo han hecho viable, que no pueden seguir funcionando bajo un prisma del siglo XIX», sentenció Rodríguez Maseda.
En su presentación, tuvo tiempo también de referirse a blockchain, la tecnología que sustenta bitcoin y todas las criptomonedas, además de los smart contracts, en los que la información no se puede modificar ni falsear porque es trazable e inmutable y que, según el socio de Dictum, serían de aplicación, por ejemplo, en la relación entre el franquiciador y el franquiciado, «plagada de desconfianza».
«No sabemos qué pasará en un futuro», dijo para terminar, «pero estos fenómenos se producen en primer lugar en el mercado y ahí estaremos los mercantilistas, trabajando con el Derecho y la tecnología, que no son cosas diferentes: son la misma cosa».