Comentario sobre articulo publicado en Expansión el 22 de enero de 2016 sobre Compliance >>
Ahora que la fiscalía ha hecho ya pública la Circular 1/2016 sobre la responsabilidad penal de las personas jurídicas conforme al reformado código penal de julio de 2015 (Ley Orgánica 1/2015), parece que toma carta de naturaleza y clara trascendencia la cuestión de los planes de cumplimiento (o compliance) en las empresas. Así, los fiscales podrán valorar la eficacia de las diversas medidas adoptadas en las diversas organizaciones empresariales.
Ahora bien, la asunción de los compromisos éticos por parte de las empresas no debería ser únicamente por provisión de un imperativo legal, sino que debería ir calando gradualmente en sus estructuras y en todos sus niveles para que llegue a formar parte del ADN de su cultura corporativa.
Las empresas no deben ver solamente en estos compromisos el lado sancionador o reglamentario, sino que con una concienciación adecuada comprobarán cada vez más que también puede convertirse en una modalidad de inversión que cree valor para las compañías, dado el mejor y mayor reconocimiento social de su función empresarial ajustado a las finalidades éticas que, de modo evidente son cada vez más procedentes en el mundo actual y que, sin duda, deben colaborar a crear un entorno empresarial más justo que seguramente reforzarán y potenciarán las próximas generaciones.
Sin duda la formalización que supone esta Circular agudiza el interés por la importancia de este asunto relativamente novedoso pero muy intenso en los últimos tiempos.
Ya es hora de tomar en serio el cumplimiento ético de la empresa y la rectitud de sus procedimientos. La forma jurídica y la distribución de su propiedad entre sus tenedores o de la dirección entre sus gestores no pueden ocultar ni diluir las responsabilidades.
En este contexto, en otoño de 2014, la inquietud e interés por fomentar el comportamiento ético en las empresas llevó a un grupo promotor formado por la Universidad CEU San Pablo, la Asociación Española de Financieros de Empresa (ASSET), el despacho de abogados DICTUM y empresas como Telefónica y Alstom, a la creación del primer observatorio de ética en los negocios, que actualmente está acometiendo un amplio estudio, con más de 120 compañías, sobre Ética, cumplimiento, transparencia y comunicación en la empresa, lo que dará lugar al primer informe en España que analizará cómo las empresas están gestionando su compromiso ético, cómo se están adaptando a las exigencias legales en materia de cumplimiento normativo y en qué medida sus esfuerzos se están comunicando.
Este estudio evaluará la comunicación que se efectúa de los compromisos y protocolos de actuación de las empresas, tanto en el ámbito interno como externo, para lo que cuenta con el apoyo del Observatorio de la Comunicación y Acción Social de Responsabilidad.