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Fiscalidad Internacional en la Era Digital: Inteligencia Artificial (IA), robótica y criptomonedas

por | Abr 7, 2025

El desarrollo acelerado de la inteligencia artificial (IA), la robótica y las criptomonedas está transformando la economía global y plantea retos significativos en el ámbito de la fiscalidad internacional. La creciente automatización de procesos productivos, el auge de los activos digitales y la digitalización de las transacciones han generado nuevas fuentes de riqueza que desafían los sistemas fiscales tradicionales.

En este contexto, los gobiernos y organismos internacionales buscan adaptar sus legislaciones para evitar la erosión de la base imponible y garantizar que las nuevas tecnologías contribuyan de manera equitativa a los sistemas tributarios. La IA, la robótica y las criptomonedas representan un desafío en términos de control, seguimiento y tributación de actividades económicas, lo que requiere una revisión integral de los principios fiscales vigentes.

Fiscalidad de la Inteligencia Artificial (IA) y la robótica

Impuestos sobre la renta generada por sistemas autónomos

El crecimiento de la IA y la robótica en diversos sectores plantea cuestiones sobre la titularidad de los ingresos generados por estos sistemas. En muchos casos, la actividad económica impulsada por la IA no está claramente vinculada a una persona física o jurídica, lo que dificulta la aplicación de impuestos tradicionales.

Para abordar este problema, algunos expertos han propuesto la creación de una entidad jurídica que represente a los sistemas autónomos avanzados, permitiendo así su integración en el esquema fiscal tradicional. Sin embargo, esta idea presenta dificultades operativas y filosóficas, ya que asignar personalidad jurídica a la IA implicaría reconocer ciertos derechos y obligaciones.

Debate sobre la ‘tasa robot’

La ‘tasa robot’ ha sido discutida en el ámbito académico y político como una forma de compensar la disminución de ingresos fiscales causada por la automatización. Este impuesto, dirigido a empresas que sustituyen trabajadores humanos por sistemas de IA y robótica, busca equilibrar la reducción de cotizaciones sociales y la pérdida de empleo.

Los defensores de esta medida argumentan que la automatización genera un desfase en el sistema fiscal basado en el trabajo humano, y que la ‘tasa robot’ podría destinarse a programas de capacitación y adaptación laboral. Sin embargo, los opositores sostienen que este tipo de impuestos desincentivaría la innovación y dificultaría la competitividad de las empresas en el mercado global.

Impacto en el Empleo y la Recaudación Tributaria

El avance de la IA y la robótica ha llevado a una reducción de la demanda de mano de obra en sectores como la manufactura, la logística y el comercio. Esta situación tiene un impacto directo en la recaudación tributaria, ya que una menor cantidad de trabajadores implica menores ingresos por impuestos sobre la renta y cotizaciones a la seguridad social.

Además, la digitalización de la economía ha facilitado la deslocalización de actividades productivas, permitiendo que las empresas transfieran su producción y beneficios a jurisdicciones con una menor carga fiscal. Para contrarrestar este efecto, se han propuesto modelos de tributación basados en el valor añadido por la tecnología y en el uso de algoritmos avanzados para la generación de ingresos.

Criptomonedas y fiscalidad internacional

Regulación y tributación de criptomonedas

Las criptomonedas han revolucionado el concepto de dinero y transacciones financieras, pero también han generado un vacío legal en materia fiscal. Algunos países han optado por gravar las criptomonedas como activos financieros, aplicando impuestos sobre ganancias de capital y operaciones de compraventa. Otros han adoptado medidas más restrictivas, prohibiendo su uso o imponiendo regulaciones estrictas para evitar el lavado de dinero y la evasión fiscal.

En la Unión Europea, la regulación de los criptoactivos ha avanzado con la introducción del Reglamento MiCA (Markets in Crypto-Assets), que busca establecer un marco normativo homogéneo para la emisión y comercialización de criptomonedas. Sin embargo, la diversidad de enfoques fiscales a nivel mundial dificulta la implementación de un sistema tributario unificado para este sector.

Desafíos fiscales de los criptoactivos

La descentralización y el anonimato que caracterizan a las criptomonedas han generado múltiples desafíos para las autoridades fiscales. Entre los principales problemas se encuentran:

  • Dificultad en la identificación de contribuyentes: Muchas transacciones con criptomonedas se realizan sin intermediarios financieros, lo que complica la trazabilidad y el control fiscal.
  • Falta de cooperación internacional: La ausencia de un marco normativo global facilita el arbitraje fiscal y la evasión de impuestos a través de jurisdicciones con regulaciones más laxas.
  • Volatilidad del mercado: Las fluctuaciones en el valor de las criptomonedas pueden afectar la base imponible y generar incertidumbre en la aplicación de impuestos.

Tratamiento del staking, minería y trading

La tributación de las criptomonedas varía según la actividad específica en la que se involucren los contribuyentes. Algunas de las prácticas más comunes incluyen:

  • Minería: En muchos países, los ingresos obtenidos por la minería de criptomonedas están sujetos a impuestos sobre la renta, ya que se consideran una forma de producción de bienes digitales.
  • Staking: Las recompensas obtenidas por staking pueden ser gravadas como ingresos pasivos, aunque la falta de consenso internacional sobre su tratamiento genera incertidumbre en su tributación.
  • Trading: Las ganancias derivadas de la compraventa de criptomonedas suelen estar sujetas a impuestos sobre ganancias de capital, con tasas que varían según la jurisdicción.

Esfuerzos internacionales y soluciones fiscales

El papel de la OCEDE y la UE

La OCDE ha liderado iniciativas para adaptar la fiscalidad internacional a la era digital, destacando el proyecto BEPS (Base Erosion and Profit Shifting) y la propuesta de un impuesto mínimo global para las multinacionales. La acción 1 del proyecto BEPS se centra en la tributación de la economía digital y ha derivado en el desarrollo del Marco Inclusivo sobre BEPS, que incluye a más de 140 jurisdicciones que trabajan en conjunto para combatir la erosión de la base imponible.

Por su parte, la UE ha implementado el Reglamento MiCA y el ISD (Impuesto sobre Servicios Digitales), buscando garantizar una tributación equitativa para las empresas tecnológicas. Asimismo, la Directiva sobre Cooperación Administrativa en Materia Fiscal (DAC 8) refuerza la obligación de intercambio automático de información sobre criptoactivos entre los Estados miembros.

Además, el Pilar 1 y el Pilar 2 de la reforma fiscal global de la OCDE buscan redistribuir los beneficios de las multinacionales digitales y establecer un impuesto mínimo del 15% sobre las ganancias corporativas, evitando así la competencia fiscal desleal entre países.

Modelos de tributación para la IA, robótica y blockchain

El futuro de la fiscalidad digital requiere soluciones innovadoras que equilibren la recaudación tributaria con el desarrollo tecnológico. Para responder a los desafíos fiscales de la economía digital, se han propuesto diversos modelos de tributación que buscan adaptar los sistemas impositivos a las nuevas realidades tecnológicas:

  • Impuestos sobre el uso de IA y robots: Estos impuestos podrían aplicarse sobre el valor añadido generado por el uso de sistemas autónomos en sectores productivos. Se discute la posibilidad de establecer una tasa progresiva en función del grado de automatización de una empresa.
  • Tributación sobre transacciones con criptoactivos: Algunos países han optado por gravar cada operación realizada con criptomonedas, similar a los impuestos sobre transacciones financieras tradicionales.
  • Contribuciones fiscales por algoritmos y servicios digitales: Modelos como el Impuesto sobre Servicios Digitales (ISD) buscan gravar los ingresos generados por la explotación de datos y la intermediación digital, aplicable a plataformas de IA y blockchain.
  • Redistribución del valor generado por la automatización: Creación de mecanismos fiscales que compensen la pérdida de empleos humanos.
  • Implementación de un impuesto mínimo global para empresas digitales: La OCDE y el G20 han promovido un acuerdo para la imposición de un gravamen mínimo del 15% sobre las ganancias de multinacionales tecnológicas, lo que afecta a las compañías de IA y blockchain que operan en múltiples jurisdicciones.
  • Monitoreo automatizado mediante inteligencia artificial: Algunas autoridades fiscales están explorando el uso de IA para el control y la prevención de la evasión fiscal en transacciones con criptoactivos y sistemas automatizados de pago.

Estos modelos fiscales buscan generar un equilibrio entre la necesidad de recaudar impuestos de manera justa y el fomento del desarrollo tecnológico, asegurando que la digitalización contribuya a la sostenibilidad de los sistemas tributarios globales.

Conclusiones

La fiscalidad internacional enfrenta retos sin precedentes debido a la digitalización de la economía. La implementación de marcos regulatorios adecuados y la cooperación internacional serán clave para garantizar un sistema fiscal equitativo y sostenible en la era digital.

Dada la complejidad y la rápida evolución de la regulación fiscal en estos sectores, es fundamental que empresas y profesionales consulten con expertos en derecho tributario y fiscalidad digital.

DICTUM Abogados ofrece asesoramiento técnico y estratégico para cumplir con las normativas vigentes y optimiza la planificación fiscal en un entorno digitalizado y altamente regulado. Si necesitas asesoramiento, contacta con nosotros llamándonos al 913 913 399 o rellenando este formulario.

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