Unas nociones básicas de economía permiten comprender fácilmente que, cuando los tipos de interés se reducen, el coste de la financiación disminuye para el acreedor. Así debe ser y, desde el pasado dos de mayo, los tipos oficiales de la eurozona se sitúan en el 0,5 por ciento, lo que supone una nueva reducción, ahora de 25 puntos básicos, que se añade al persistente bajo rango de estos tipos desde comienzos de 2009 y lejos ya de aquel 4,25 por ciento del año 2008 que convivió por unos meses con el estallido de la crisis financiera.
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